Luz para plantas

La calidad de luz y el espectro lumínico

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La calidad de la luz y el espectro lumínico

La calidad de la luz es tan importante como la cantidad de luz. 

El hecho de que las plantas de cannabis no puedan moverse hace que necesiten interpretar de algún modo las señales de su entorno con el fin de adaptar y modificar su crecimiento y reproducción de una manera óptima para garantizar su supervivencia.

Existen numerosos factores ambientales que inciden sobre el desarrollo vegetal (la intensidad lumínica, temperatura, humedad, agua, nutrientes, etc.). 

La luz es un factor primordial ya que desencadena la función fotosintética. La fotosíntesis es un conjunto de procesos que vienen dados por los fotones que inciden sobre los fotorreceptores de las plantas. Este sistema es poco eficiente puesto que sólo entre un 4% y un 6% de la energía disponible en la radiación se convierte en biomasa.

La fotosíntesis puede intensificarse si se aumenta la concentración de CO2, pero este incremento no se traduce en un aumento análogo en el crecimiento. Las plantas controlan su propio desarrollo de modo que no pueden crecer indefinidamente.

Hemos mencionado que el crecimiento vegetal no se consigue sólo mediante la fotosíntesis. 

Hay información vital para las plantas tanto dentro de la zona PAR como más allá del PAR, en el intervalo de la luz UV-B (ultravioleta 280nm) y UV-A (ultravioleta 400nm) y también en el área del rojo lejano, por encima de los 700nm.

También existe información vital en las combinaciones de diferentes longitudes de onda de la luz, por ejemplo, la relación azul a verde y especialmente la relación de rojo a rojo lejano. Estas longitudes de onda y la relación entre ellas proporcionan a las plantas información sobre su entorno; por ejemplo los cambios en la relación luz roja (660nm) y roja lejana (730nm) permiten a una planta detectar a otras plantas vecinas y activar, por ejemplo, la elongación del tallo, para poder capturar el máximo de luz. 

Por lo tanto, sería más preciso referirse como radiación fotobiológicamente activa a la luz que llega hasta los 800 nm.

ESPECTRO LUMINOSO

espectro luminoso

 

Tipos de longitudes de onda

– Radiación Ultravioleta (100 – 400nm)

La longitud de onda UV se divide en 4 grupos, cada uno con un efecto germicida diferente: UV-A (315–400 nm), UV-B (280–315 nm), UV-C (200–280 nm) y UV de vacío (100–200 nm).

Se ha demostrado que la luz UV-A aumenta la actividad secundaria del metabolismo en muchas plantas, lo que también ocurre con el cannabis. 

Los metabolitos secundarios más importantes desde la perspectiva de un cultivador de cannabis son los cannabinoides como el THC y el CBD, así como los terpenos que dan al cannabis su aroma distintivo. 

La radiación de longitudes de onda cortas, como los rayos UV-A y la luz azul, desencadenan el sistema de respuesta al estrés de la planta y ésta comienza a protegerse del estrés abiótico, es decir, de la radiación de longitudes de onda cortas. El aumento del nivel de estrés da lugar a una mayor actividad del metabolismo y, por consiguiente, a una mayor acumulación de THC en las flores, en comparación con las fuentes de luz que carecen de UV-A o de luz azul.

Añadir una lámpara UV-C o UV-B a tu cultivo indoor es potencialmente peligroso ya que la luz UV es dañina y puede perjudicar a las plantas. Un pequeño exceso de luz UV puede inhibir el desarrollo de la planta y eventualmente destruirla. Por lo tanto, es importante obtener espectros enriquecidos con luz ultravioleta de empresas que tengan un historial probado en la investigación fotobiológica y que estén dispuestas a compartir la información respectiva sobre sus modelos de luminarias que emiten esta luz artificial. 

– Radiación Azul (440 – 495nm)

El espectro de luz azul es muy importante para la fase de crecimiento de la planta de cannabis en cultivo interior. 

Esta longitud de onda se encuentra entre 440nm y 495nm. Este color de luz se utiliza mejor en la etapa de germinación y crecimiento vegetativo ya que promueve el rápido crecimiento y desarrollo de la planta.

En el exterior, durante la primavera, la energía de la luz azul es abundante. Este es un desencadenante natural para el nuevo crecimiento. También mantiene las plantas de cannabis estables y contribuye al crecimiento de un tallo fuerte y ayuda en el proceso de la fotosíntesis. 

Las plantas con deficiencia de luz azul a menudo se vuelven pálidas o amarillas y suelen ser débiles a causa de su bajo peso. La luz azul puede ser complementada fácil y rápidamente usando bombillas fluorescentes blancas frías, pero la mayoría de las luces LED y las luces de cultivo alternativas también proporcionan estos tipos de luz.

– Radiación Verde (495 – 570nm)

Este espectro visible de luz juega un papel , aunque menor, en el crecimiento de las plantas de cannabis en varias etapas. Su longitud de onda oscila entre 495nm y 570nm.

Las plantas de cannabis absorben muy poca energía de luz verde, pero hay informes que afirman que en pequeñas cantidades pueden influir sobre el crecimiento.

Un dato curioso acerca de la luz verde y el cannabis, es que no desencadena la floración. 

El cannabis es muy sensible a los ciclos de luz y oscuridad. Un pequeño haz o apenas una luz suave podría activar a tus plantas dándoles a entender que es hora de florecer

 (ver artículo contaminación lumínica

Sin embargo, el cannabis no “ve” la luz verde, lo que la convierte en el color de luz perfecto para usar si quiere trabajar en tu espacio de cultivo indoor durante el período nocturno.

– Radiación Ámbar (570 – 590nm)

La energía de la luz amarilla tiene una longitud de onda que va de 570nm a 590nm. Tiene poca importancia durante la fotosíntesis, pero la luz ámbar es esencial para la etapa de floración ya que promueve la brotación.

Fuera de esta función, es de muy poca utilidad para la planta durante la etapa de crecimiento vegetativo. La energía de la luz amarilla por sí misma es un contribuyente menor a la fotosíntesis.

Aunque como todos sabemos esta longitud de onda es la predominante en lámparas HPS (sodio de alta presión) y las plantas crecen y florecen con “normalidad”. Esto significa que las plantas tienen una gran habilidad de adaptarse a la fuente de luz que reciben, aunque si les aportamos los espectros ideales que necesitan nos lo agradecerán de mejor manera. 

– Radiación Roja (640 – 680nm)

La luz roja es la más importante para la fase de floración. Esta longitud de onda estimula el crecimiento del tallo, floración y producción de frutos, junto a la producción de clorofila.

La longitud de onda 660nm tiene una acción fotosintética muy fuerte y es absorbida por los fitocromos que la regulan según la fase en que esté la planta (germinación, floración u otros procesos).

– Radiación Rojo Lejano (700 – 740nm)

El rojo lejano promueve el crecimiento de la extensión en las plantas. Aunque apenas podemos ver la radiación roja lejana, tiene un efecto importante en el crecimiento de la extensión, lo que significa que influye en el tamaño de las hojas, la longitud de los tallos y, en última instancia, la altura de las plantas.

La relación R:FR (Rojo y Rojo Lejano) de un espectro determina la relación entre los fitocromos activos (Pfr) y los inactivos (Pr). La relación R:FR es la principal pista para las plantas sobre su entorno. Las plantas que crecen en condiciones de sombra tratan de alargar su tallo y sus hojas para lograr una mejor posición en el dosel (captar más luz), y producir semillas rápidamente (crecimiento prematuro).

La luz solar tiene una relación R:FR de 1,2 y la luz bajo un dosel de hojas tiene una relación R:FR más cercana a 0,1. Cuanto más baja es la relación R:FR, más alta es la porción de Pfr del total de fitocromos, por lo tanto, más fuerte es la respuesta a evitar la sombra.

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